20 de mayo de 2020

Crema de Malanga

Es lamentable ver como por ignorancia, dejamos de consumir productos que son beneficiosos para nuestros cuerpos por  todas las vitaminas y minerales que aportan. 
Además de todos los beneficios en el funcionamiento de nuestro sistema.

Lamentablemente, los cambios en nuestra sociedad, benefician o hacen daño a nuestro sistema de vida, hasta en el aspecto de la alimentación.

No solo por el stress que genera en nosotros, que redunda en un cambio radical de 
alimentación,  los cambios sociales generan presión en el consumidor, haciendo creer a los individuos mediante campañas mediáticas que el consumir cierto tipo de alimentos te hace ver ante los demás como un ganador o con un estilo de vida, envidiable ante la sociedad, estas campañas se realizan muchas veces de forma subliminal y otras directamente. 

La  presión social, los cambios, que trajo el  progreso, trajo consigo cambios de alimentación, nuevos estilos de vida, que requerían  o representaban más alternativas para consumir fuera de casa o incitaban al consumidor a adquirir productos que le simplificaran la vida, lo que redunda en mayor cantidad de productos procesados.

Es cierto que los medios, la moda y  la presión social trajeron a los hogares de nuestras madres cantidades innumerables de alimentos procesados y un alto consumo de comida rápida a partir de la década de los sesenta hasta ahora. 

 Pero no es menos cierto que los medios, la moda  y la presión social en conjunto con una nueva moda de concientización  a hecho renacer en nuestras cocinas la  tendencia de volver a consumir alimentos de una forma más natural y menos procesada.

Gracias a esas nuevas tendencias o moda,  hemos visto muchas recetas de nuestras abuelas  rescatadas y traídas nuevamente a nuestras mesas.  

Gracias a esas tendencias hemos visto el resurgir de productos como; la pana, la yautía y  la malanga entre otros. 

Un resurgir con orgullo, dejando sentir la nobleza del producto y su aportación en las diferentes y modernas propuestas, que no son otra cosa que los platos con los que nuestra abuelas criaron a nuestros padres.

Hoy día vemos una mayor tendencia a consumir productos de la tierra, productos de la huerta 
y del país, realzando su elaboración de una forma simple, pero brindado alternativas.

Es una ironía que nosotros  ignoremos, que consumir productos de una forma más natural es la mejor alternativa en salud, que podemos proveer a nuestros cuerpos de las vitaminas que necesita  y podemos ayudar a un mejor funcionamiento en el sistema. 

La malanga es alta en vitaminas  C, B, E, lo que la hace un buen antioxidante. Es alta en minerales como el potasio , fósforo y manganeso, lo que nos ayuda al mejor funcionamiento del sistema.

Es alta en fibra lo que significa que ayuda además al transito intestinal, entre otras cosas. 

A todo eso le sumamos que ha estado olvidada en nuestras mesas por mucho tiempo. 

Abandonada en nuestros patios, olvidada crece prácticamente en cualquier lugar, 
lamentablemente es despreciada por muchos consumidores, por lo que su costo es bajo, 
lo que resulta atractivo, por lo que  puedes alimentar de forma económica a la familia con el mejor producto, beneficioso para su salud, con el mejor sabor. 

Es hora de que rescatemos la malanga y la traigamos de vuelta a nuestras mesas.  
Ingredientes
2 malangas medianas 
2 1/2 taza de leche
6 dientes de Ajo
1 cebolla mediana
1 cdta. Sal
1 cda. oregano
2 cdas. sazón completo 
1/3 taza cilantrillo picado 

Procedimiento

Pelar picar en cubos grandes, para que no se desintegre al hervir. Hervir en una olla con
agua hasta que este blanda
Escurrir y majar
Añadir la leche
Mezclar con la ayuda de una varilla. Reservar
Mientras en un sartén, sofreír la cebolla, y el ajo
El cilantrillo

Añadir a la crema, añadir el oregano, la sal y el sazón completo
Llevar a la licuadora, licuar, verter nuevamente en la olla  a fuego alto
Hervir hasta que haga burbujas y se sienta espesa, ajustar sal, oregano y sazón a gusto
de ser necesario.

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