En Puerto Rico se hablaba muy poco de la Malanga, prácticamente es en estos tiempos
cuando comienza a tomar auge en nuestras cocinas.
Todavía hay personas que se resisten a su consumo por las falsas ideas o conceptos ligados a la situación económica y la alimentación. Conceptos erróneos que en tiempos como los que estamos viviendo nos dejan una visión más clara de como debemos ver las comidas en tiempos de necesidades y crisis como ahora.
Cuántas familias desearían tener en sus mesas para aplacar el hambre, algún plato que les conforte el estomago elaborado aunque sea con un malanga. Realmente es una opción por que su costo es muy bajo, para el rendimiento que ofrece y sus valores alimentarios, claro está mantener ese valor se lo damos nosotros con la elaboración.
Su crecimiento es prácticamente es silvestre por lo que en la mayoría de los casos podríamos catalogarla como orgánica.
En tiempos de nuestros padres la malanga fue considerada un alimento para los pobres, razón
por la que fue perdiendo popularidad entre las personas.
Al extremo que en muchos lugares las utilizaban como comida para cerdos. Para mi en lo personal no tiene perdón de Dios este acto, con tan delicioso tubérculo.
Las nuevas tendencias han rescatado el uso de la malanga, la que ahora esta tomando auge y popularidad en restaurantes y mesas de los puertorriqueños.
En la actualidad se han desarrollado muchas nuevas recetas, todas ellas deliciosas dando
nueva vida a esta fuente de vitaminas y antioxidantes.
La podemos encontrar en majados, mofongo, rellenos, cremas, fritas, escabeches en fin una gran variedad de propuestas todas ellas deliciosas que hacen realzar su textura, su rico sabor y la nobleza del tubérculo.
En realidad a mi me encanta la malanga, hervida con un poco de sal, con el producto lo más
orgánico posible, en cremas, majados, fritas en fin como me la presenten, por que su sabor es extraordinario. En las frituras funciona muy bien ya que la textura es rellena total con muy buena miga, si pudiéramos llamarla así, asimila los sabores y quedan absolutamente esponjosas, así se sienten al saborear.
Eso sí, algunos detalles muy importantes, debes freír en aceite caliente, no debes dejar que se tuesten, por lo menos para mi gusto y las debes consumir calientas para que disfrutes su rico sabor.
Ingredientes
2 tazas de malanga guayada
2 huevos
2 cdta. de ajo molido con pimienta
2 dientes ajos finamente picados
1/4 cdta. de sal
Aceite para freír
Procedimiento
Añadir los huevos
Integrar
Añadir el ajo molido con pimineta, integrar
Los dos ajos finamente picados con la sal, integrar
Integrar hasta que quede una masa homogénea
Freír en abundante aceite, en fuego alto para que no absorban grasa,
no dorar demasiado, disfrutar calientes
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